Presentación

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo:

es mi igual"



martes, 27 de diciembre de 2011

Feliz Navidad!!

Holi hola, gente bonita!! ¡¡Feliz Navidad!! XD Espero que la hayan pasado de maravilla y recibieran muchos regalos, jeje. (Kyuu: Y no sólo carbón como Higa-chan -_-) Como regalo, les traigo una memoria que había comenzado a escribir desde hace muuuuchos meses, pero por una cosa u otra no lograba terminarla, sin embargo, como esta fecha me alcanzó, me decidí a finalmente concluirla, jeje. Es una anécdota de Navidad de Sasuke y Naruto con sus hijos cuando éstos eran pequeños, y contiene además un fragmento de mi lindo Shizui con su hijita Hatsuki *o*  (Kyuu: Le emociona escribir a Shizui en su papel ya de padre de familia ¬¬). Espero que les guste  ^u^

Memorias de familia I

MEMORIAS DE FAMILIA
I

Era un tranquilo y helado día en la aldea de Konoha. No era para menos, pues se encontraban en pleno invierno. Faltaban pocos días para Navidad, de modo que los padres salían a las calles en busca de los obsequios para sus hijos; y claro, el formidable Rokudaime Hokage y su esposo, el Comandante de la Fuerza Anbu, no se podían quedar atrás. Se encontraban paseando por la aldea examinando las tiendas para encontrar los regalos perfectos para sus adorados cuatro hijos.
-Mmm…  ¿Qué crees que sea bueno para cada uno, teme?
-Conociéndolos, cualquier cosa que venga de nuestra parte la adorarán.
-Sí, pero por lo mismo no podemos tomárnoslo a la ligera.
-Bueno, pensemos cómo es cada uno de ellos y así decidimos que comprarles.

Fueron a un parque cercano y tomaron asiento en una banca. Como estaba haciendo frío, había un buen pretexto para que el azabache rodeara a su pareja con un brazo para acercarlo más hacia su cuerpo.
-Empecemos con Ita-chan, es el más pequeño de modo que debe ser el menos complicado.
-Itachi tiene un año, pero tiene tu misma actitud –suspiró-. Seguro que con un tazón de ramen será feliz.
-Jajaja, es cierto. Pero no, no quiero regalarle ramen en su primera navidad.
-Es la segunda, te recuerdo que nació en noviembre del año pasado.
-Ahh, es cierto –su mirada se ensombreció un poco-, en el cumpleaños de Ero-sennin.
-… Estábamos decidiendo su regalo, dobe –le recordó el azabache dándole un ligero golpe en la cabeza
Sabía que la pérdida de su maestro era una de las heridas que, si bien se esforzó por superar, Naruto tenía más arraigadas en su corazón. Por eso odiaba cuando se ponía triste al recordar al viejo sannin.
-¡Ya sé! –sonrió el rubio- ¡Regalémosle una rana de peluche!
-Hum… Es cierto, él se divierte mucho jugando con ese viejo monedero tuyo. Sí, me parece bien.
-Bien, uno menos. Ahora vamos con Fu-chan, él ya tiene cinco años y próximamente entrará a la Academia Ninja.
-Fumiya es un poco más complicado porque es muy serio.
-Sí, desafortunadamente mi hijo tiene un carácter muy parecido al tuyo, teme.
-Ja, ja, qué gracioso, usuratonkachi.
-De acuerdo, no te enojes. A ver… ¿qué te hubiera gustado a ti recibir cuando tenías su edad?
-… Dudo mucho que mis recuerdos nos sirvan –dijo sonriendo de medio lado
Naruto se arrepintió de haberle hecho esa pregunta. Después de casarse y luego con la llegada de cada uno de sus hijos, su vida se había vuelto tan alegre que por momentos olvidaba que, el primer paso para formar su lazo tan importante e inquebrantable, fue precisamente la soledad que compartieron durante su infancia.
-Lo siento, Sasuke –le dio un beso en la mejilla y agachó la cabeza
-Si así vas a recompensarme cada vez que dices un comentario fuera de lugar, no me quejo.
-Grr, bastardo, y yo que me preocupo por ti. Pero estábamos hablando de Fu-chan, no de nuestras cosas de niñez.
-Conociendo a Fumiya, yo creo que será feliz con un buen libro. Él es muy culto y tranquilo.
-Es verdad, entonces buscaremos un libro que a Fu-chan le guste. Sigue Mi-chan, ¿qué podríamos darle?
-… Rayos, siendo ambos hombres es complicado decidir qué regalarle a nuestra hija.
-Agradezco que Sakura, Hinata, Temari, Ino, Tenten y Tsunade Baa-chan nos explicaran lo que deberíamos saber para poder criar a una niña.
-Aunque algunos temas fueron… escalofriantes.
-Cierto –tembló de sólo recordar esas charlas con las mujeres-. Eh, ¿qué te parece una muñeca? No, mala idea, Mi-chan no es tan femenina y delicada que digamos para eso, y todo por vivir con puros hombres.
-Tal vez deberíamos tratar de remediar un poco eso.
-¿Se te ocurre algún buen regalo, teme?
-Recuerda con quién estás hablando, usuratonkachi –sonrió con superioridad
-Grr, a veces me pregunto por qué me casé contigo –murmuró
-Te oí, dobe. Y primero muerto antes de darte el divorcio.
-Lo sé, ya estoy resignado. Auch –se sobó la cabeza por un golpe producto de su esposo
-Déjate de tonterías y mejor pensemos en el regalo para Shizui, es el único que nos falta.
-Veamos… ¿qué le gustaría a Shi-chan?
-¿Además de Yuuzuki? –rió un poco- Ambos sabemos que los ojos de nuestro primogénito se desviven cuando él está cerca.
-Cierto, presiento que Shi-chan se nos irá de casa muy joven. Pero dudo que podamos traerle a Yuuzuki, Sai y Gaara atentarían contra nosotros si tratamos de secuestrar a su hijo pequeño.
-Aunque nosotros haríamos lo mismo o hasta peor si alguien quisiera dañar a nuestros niños.
-Eso sí. Mmm… hasta eso Shi-chan tiene la personalidad más compleja, pero en el fondo también es el más sencillo. Él con sólo ver a su familia reunida es feliz.
-Tienes razón.
-…  ¡Lo tengo! –exclamó el rubio- Sé cuál es el regalo perfecto para él, jejeje.

De esa manera llegó Navidad y los niños abrían emocionados sus regalos. Itachi (1 año) ya estaba feliz de la vida mordiendo a su zorrito de peluche, mientras Fumiya (5 años) hojeaba entretenido un libro de cuentos. Naruto y Sasuke no querían darle a temprana edad libros o pergaminos con técnicas ninja; sabían que su hijo tenía un talento innato, pero no querían empujarlo por ese camino tan pronto.
-¡Kyaaa! –gritó Miku (7 años)- ¡Muchas gracias, Otou-san, Otou-chan!
Miku había recibido un par de listones blancos y un precioso y fino cepillo del mismo color. Ella sabía bien que a sus padres les gustaba mucho su cabello negro y brillante, por eso, y porque sus dos abuelas lo usaban así, se lo dejó largo.
-¿Qué tal me veo? –preguntó amarrándose los listones
-Eres la niña más linda del mundo, Mi-chan –dijo Naruto con emoción
-Presiento que en unos años habrá varios mocosos a los que tendré que golpear –murmuraba Sasuke malhumorado
Su esposo simplemente negó con la cabeza por su comentario. Mientras tanto, Shizui contemplaba el regalo que sus padres le dieron: era un portarretrato que tenía una fotografía donde aparecía él junto con toda su familia, era la primera que les habían tomado luego de que nació Itachi, quien en la imagen tenía seis meses. El niño azabache acarició la foto y sonrió.

-Shi-chan, dense prisa, debemos irnos.
-Gracias, Yuuzuki. Enseguida vamos.
Shizui (21 años) se encontraba sentado en la cama con su hijita Hatsuki (8 meses) entre sus brazos. Le había estado mostrando la foto que hace muchos años sus padres le regalaron. Se levantó con la niña y dejó el portarretrato junto a otro donde se mostraba una fotografía del día de su boda; ahí no sólo salía con su esposo, sino también con sus padres, hermanos, suegros y sus dos cuñados.
-Bueno, cariño, hora de irnos –le sonrió a la bebé-. Tus abuelos y tíos nos esperan para la cena de Noche Buena.
Por fortuna Sai, Gaara y Hayate habían podido venir desde Suna, y ésta vez Kazuomi no se encontraría lejos en una misión. Esa noche tendría que tomar muchas fotos, porque estaba totalmente seguro de que la primera Navidad de su pequeña Hatsuki sería memorable.