Presentación

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo:

es mi igual"



lunes, 14 de mayo de 2012

Mayo, en honor a mí!!!! XD

Holi hola, gente bonita!! En honor a mí (Kyuu: o.O) ya que el viernes 18 será mi cumpleaños, aquí les traigo mi autoregalo dedicado: ¡¡la tercera parte de Nuestra nueva vida!! Esta vez el protagonismo lo tendrá Itachi quien estará acompañado por TODA su familia, jejeje (Kyuu: Y el último fragmento es un complot hacia mi endemoniada persona ¬.¬). La cuarta parte se las voy a seguir debiendo porque hay tantas cosas que podría contar, pero necesito saber cuáles son las que pondré… sin que Sasuke mate a Hayate XD Sobre el nuevo fic situado entre los dos anteriores, ya he comenzado a diseñarlo, pero lo tendría listo para festejar en Agosto, ya que ese mes cumpliré 6 años con mi cuenta en Amor Yaoi (Kyuu: No sé cómo te han aguantado tanto los lectores ¬¬)… Ignoraré eso, tío Kyuubi >.< Ah, sí, y según mi calendario de actualizaciones, en Agosto también estaré publicando mi fic número 60 *u* Ya me alargué mucho, mejor le corto para que pasen a lo que vinieron y, si alguien me quiere enviar regalos, se vale, jajaja (Kyuu: O.O). ¡¡A leer!!

Nuestra nueva vida III

NUESTRA NUEVA VIDA III
UCHIHA ITACHI

Las reuniones para una familia formada por ninjas eran un tanto complicadas, ya que no siempre podían estar presentes todos los miembros. Sin embargo, para el primer cumpleaños del pequeño Namikaze Kazuya ninguno quiso faltar. La casa principal del clan Uchiha-Namikaze-Uzumaki estuvo abarrotada de gente toda la tarde, y ahora Sasuke, Naruto, Sai y Gaara bebían té con más calma mientras Miku (22 años) cocinaba la cena con ayuda de Shizui (25 años) y Hayate (26 años). En la sala se encontraba Fumiya (20 años) jugando con Kazuya (1 año) y Hatsuki (4 años) mientras eran observados por Kazuomi (21 años) y Yuuzuki (23 años), quien lucía una panza de seis meses de embarazo.
-La familia realmente ha crecido –comentó Naruto con alegría
-Es cierto –coincidió Gaara sonriendo levemente
Tanto ellos como sus parejas tuvieron infancias muy difíciles y solitarias, por eso disfrutaban vivir con sus hijos y nietos. Al verlos valía la pena todo lo que pasaron para llegar a ese momento.
-Pero estoy un poco celoso –opinó Sai-. Yuu-chan nos dará nuestro segundo nieto, mientras que para Naruto y Sasuke será el tercero –sonrió con ilusión-. Ojalá Haya-kun se apure en continuar también con nuestro legado.
-Vuelve a decir eso y te rompo la cara –amenazó Sasuke, pues aquella situación también implicaba a Miku
-Ay, teme. Sí que eres muy celoso con tu hija –suspiró el rubio-. Y para el colmo Shizui es igual y hasta peor con Hatsu-chan.

Toda la escena era observada por Itachi (16 años), quien había estado más callado y tranquilo de lo normal, teniendo en cuenta que poseía un carácter demasiado similar al de Naruto. El joven de larga cabellera rubia era el único de sus hermanos que seguía soltero, y no era porque le faltaran admiradoras: muchas kunoichis estaban detrás de él, pero no le hacía caso a ninguna. Esto ya había provocado varias conversaciones con su familia, particularmente con su hermana, pero él sólo sonreía y decía que únicamente estaba esperando.
-Otouto –llamó Fumiya delante de él-, ¿qué sucede?
Itachi salió de sus pensamientos al escucharlo. Miró hacia donde su hermano había estado segundos antes, encontrándose con la pequeña Hatsuki quien intentaba lograr que Kazuya se pusiera de pie. Tras ellos Kazuomi, Yuuzuki y todos los demás observaban atentamente al rubio.
-¿Eh?, ¿por qué me ven así? –sonrió- Descuiden, no me pasa nada.
-Últimamente te la pasas en las nubes, Ita-chan –dijo Miku
-Tal vez Ita-chibi se siente un poco solo y necesita una linda novia –intervino Hayate
-¡No soy chibi, Haya-nii-san! –reclamó molesto
-¿Novia? –repitió el resto
Sasuke ya se estaba tronando los nudillos para golpear a Hayate por hacer ese comentario a su hijo más pequeño; los demás ya estaban tan acostumbrados a esas escenas que decidieron ignorarlos.
-¿Ya estás buscando novia y no nos lo habías dicho, Itachi? –preguntó Sai con curiosidad
-No, no la tengo ni la estoy buscando, Sai Oji-san –sonrió más ampliamente-, pero sólo es cuestión de esperar un poco más, jajaja.
-¿Esperar? –interrogó Naruto y se le acercó- Oye, Itachi, entonces eso significa que…
-Sí, Otou-chan, ya encontré a la persona que amo.
Apenas lo informó, el Hokage se recargó en un rincón mientras era rodeado por un aura depresiva. Era cierto que siempre les había dado libertad y apoyo a todos sus hijos, sin embargo Itachi seguía siendo “su bebé”, por eso la noticia le conmocionaba más que en su momento con sus hijos mayores.
-Naruto, tranquilo –pidió Gaara, ya que Sasuke seguía ocupado amenazando a su futuro yerno
-No tienes nada de qué preocuparte, Otou-chan –dijo Shizui-. Conociendo a mi otouto-chan, debe tratarse de una buena persona, ¿no?
-Claro que sí –sonrió y rebuscó en su bolsilla-. Miren, aquí tengo una fotografía suya.
Miku fue la primera que tomó la foto y el resto la rodearon. La pelinegra examinó fijamente la imagen, luego se la pasó a Fumiya para sujetar a su hermanito de la camisa.
-¡Itachi! ¡Maldición, no puedo creer que seas un asaltacunas! –decía mientras lo jaloneaba
-No tengo idea de qué hablas, nee-chan –contestó mareado
-Como sea que lo mires esta niña no pasa de los once o doce años –habló Yuuzuki-. Aunque parece una buena chica.
-Ese no es el punto aquí, Yuuzuki nii –le dijo Fumiya
-Mmm… Creo que me parece conocida –murmuró Kazuomi junto a él
-Mi hijo es un asaltacunas… -seguía lamentándose Naruto en su rincón
-Él todavía no le ha hecho nada, así que no hay problema –el Kazekage continuaba tratando de animarlo
-¡No soy un asaltacunas! –se defendió el rubio menor- ¡Y en ese caso lo mismo aplica a Haya nii-san! ¡Él le lleva cuatro años a nee-chan!
Como si los instintos homicidas de Sasuke fueran pocos, aquél comentario no ayudó a mejorar su humor, por lo que Hayate optó en escudarse junto a su pelirrojo padre.
-Ah, esperen, me equivoqué –el rubio Uchiha les quitó la foto y les dio otra-. Esta es la más reciente.
Hayate, a quien Sasuke seguía vigilando con rencor, se acercó con cautela y examinó la foto, abriendo los ojos de sobremanera.
-Vaya… ¡Ita-chibi tiene muy buen gusto!
De inmediato su padre le quitó la fotografía y los demás se acercaron para verla también: la imagen mostraba a una joven de unos catorce años, tenía largo cabello negro adornado con un broche en forma de mariposa, ojos dorados y vestía un elegante kimono azul cielo con flores blancas.
-Es preciosa –dijo Shizui y Kazuomi asintió sin apartar los ojos de la foto
Yuuzuki miró mal a su esposo y le quitó la foto, mientras que Fumiya le dio un golpe en la cabeza al suyo.
-¿Qué tanto miras, Kazu-chan?
-Nada… ¡Ah! ¡Ya lo recordé! –miró al menor de sus cuñados- Ella es la sobrina de Mizukage-sama, ¿verdad, Itachi?
-¡Sí, Kazu nii! –respondió emocionado- Su nombre es Himura Sayuri y vive en la aldea de la Niebla. Es poco más de dos años menor que yo, así que dejen de llamarme asaltacunas –hizo una pose heroica-. Por eso les dije que mi corazoncito estaba en modo de espera, jajajajaja.
-Tienes mucha confianza en ti mismo –murmuró Yuuzuki-. Oh, es cierto, ella vino a nuestra boda, ¿cierto, Shi-chan?
-Sí, ya me acordé –contestó el ojiazul y miró a su hermano-. Supongo que fue ahí donde la conociste, otouto-chan.
-Exacto, y desde entonces he seguido en contacto con ella –sonrió con un poco de vergüenza
-… Fue por eso que comenzaste a entrenar con Kazu-chan y decías que un día tenías que ir a la aldea de la Niebla –dedujo Fumiya
-Hum… de acuerdo –habló Miku suspirando-, aceptaré a Sayuri-chan en la familia sólo porque es bonita, pero todavía necesitamos conocerla en persona.
-Claro, nee-chan.
-Oye, dobe –llamó Sasuke-, ya déjate de dramas y mejor mira la foto de nuestra futura nuera.
-Y la única que tendrán –añadió Sai
-… Sí, es bonita –comentó Naruto viendo la foto y suspiró-. Me pregunto por qué mis hijos salieron tan rápido del nido.
-No sólo los tuyos –le recordó Gaara
-¿Pero es tu novia o no? –cuestionó Hayate
-Más o menos –respondió Itachi-, pero hasta Sayuri sabe que un día iré por ella, la traeré a Konoha y se convertirá en mi esposa, jejeje.
-Bueno –habló Shizui y sonrió-, si eso es lo que quieres, otouto-chan, sabes que nosotros siempre te apoyaremos.
El chico miró a sus hermanos, cuñados, tíos (no de sangre pero así los quería) y padres. Sasuke asintió y Naruto, recuperado de la impresión, sonrió con sinceridad a su hijo.
-¡Muchas gracias a todos!
-Ita-chan.
El mencionado bajó la mirada para encontrarse con Hatsuki, quien no entendía muy bien la conversación, pero sabía que tenía que ver con su joven tío. De su mano traía a Kazuya, quien también lo observaba con curiosidad.
-Ah, se me olvidaba –dijo el rubio y se agachó para cargar a sus sobrinos-, ¡si tengo un hijo varón pienso ponerle Kurama! ¡Uchiha Kurama!
Naruto no pudo evitar soltar una carcajada, pues ya podía oír los gritos y reclamos de Kyuubi por la decisión de su hijo. A su lado Sasuke contemplaba fijamente al menor y Naruto intuyó lo que estaba pensando. Unos años atrás estuvieron cerca de perderlo, sin embargo ahora lo tenían ahí, sonriente y hablándoles de su planes a futuro. Viviendo y creciendo feliz en la aldea que otro Itachi protegió con todo su corazón.
-Hatsu-chan, Yu-chan –llamó el rubio-, ¿verdad que quieren más primos?
-¡Sí, Ita-chan! –gritó la niña, riendo
Hacía unos años él era el más joven de aquella numerosa familia, hasta que llegaron esos dos pequeños y sin olvidar al que venía en camino. Por eso un día, más temprano que tarde, estaría contento de heredar la sangre que orgullosamente llevaba.