Memorias de Nuestra Nueva Vida V

V

FAMILIA NARA-HATAKE

La relación de Nara Shiro (27 años) y Hatake Kai (26 años) siempre fue algo peculiar. Estaban juntos desde niños, aunque fue hasta la adolescencia cuando la situación tomó tintes amorosos. Las cosas entre ellos se desarrollaban con mucha calma a pesar de que en ocasiones sus padres los trataban de apresurar para que les dieran nietos (Shiro era el primogénito y Kai hijo único). Cuando decidieron vivir juntos fue algo espontáneo, incluso su boda fue así. Se casaron en secreto porque no querían un gran escándalo ni alboroto, a la ceremonia sólo asistieron el Rokudaime Hokage Naruto, quien la ofició, su ex sensei Uchiha Sasuke que distrajo a las familias de los novios para que no sospecharan, y Uchiha Shizui y Sabaku no Yuuzuki, sus padrinos.

De aquello ya había pasado un año y ambos compartían una linda y acogedora casa alejada del bullicio. Como pertenecían al mismo escuadrón Anbu y su combinación en batalla era ampliamente reconocida, la mayor parte de las misiones las realizaban juntos.

-Estoy en casa, Kai.

Shiro acababa de entrar a la casa y se encontró a su esposo leyendo tranquilamente en el sofá. El peligris partó la vista del libro (uno de los tomos del Icha Icha Paradise) para sonreírle.

-Bienvenido, Shiro. ¿Qué tal la misión?

-Todo salió bien, no podía ser de otra manera teniendo a ese par de pelirrojos como apoyo.

-Jajaja, cierto, Yuuzuki y Fumiya son muy fuertes. Aunque Shizui anduvo algo desanimado por tener a su esposo fuera durante dos semanas.

-Oye, tú estabas en la misma situación. Al menos finge que me extrañaste aunque sea un poco.

-Te estás volviendo algo paranoico y protector, Shiro.

-Eso es evidente, ¿no? –se sentó junto a él y entrelazó sus manos sin apartarle los ojos de encima- ¿Sabes? De camino acá me encontré a Iruka-san quien me preguntó por qué si estabas enfermo y por eso no fuiste a la misión, te negaste a ir al hospital. Tuve que mentirle y decirle que únicamente era fatiga y sólo ocupabas descansar.

-Ya veo. Tengo que ir a visitarlo, no quiero que Tou-chan se preocupe.

-¿Cuándo se los diremos? En un par de meses va a ser imposible esconderlo.

-Tratemos de postergarlo lo más posible –suspiró-. Porque ya me imagino a Otou-san y a Temari-san aquí gritando emocionados que van a ser abuelos. Si Naruto nii-san casi lo anuncia a toda la aldea de no ser porque Tsunade-sama y Sasuke-sensei lo detuvieron.

-Estamos rodeados de gente problemática.

Varios meses después el hospital de la aldea estaba abarrotado de familiares y amigos, el parto se había adelantado. Para sorpresa de todos Kai dio a luz trillizos, dos niños y una niña. A Iruka y Shikamaru casi les da un ataque, Naruto se puso a gritar que su otouto era increíble (ya que él así consideraba a Kai), Shiro terminó en el suelo al saber que no tendría que cuidar de un bebé, sino de tres, y el resto de sus amigos estaban contentos porque todo saliera bien.

-¡Son tan lindos! –decía Temari viéndolos a través de un vidrio

El parto tuvo algunos riesgos debido al número de bebés, así que en cuanto nacieron Shizune los metió en una especie de incubadora para evitar cualquier preocupación.

-Nunca creí que tendría tres nietos de una sola vez –habló Kakashi sumamente orgulloso-. Y eso que Kai es hijo único, jajajaja.

-Seguro él debe estar muy contento –dijo Iruka sonriendo mientras contemplaba a los pequeños-. Precisamente porque no tuvo hermanos su infancia fue un poco solitaria, pero ahora tendrá tres pequeños para cambiar eso.

-Tsk, los chicos siempre han sido problemáticos –comentó Shikamaru aunque tampoco podía contener la sonrisa de felicidad por ver dormir a sus nietos

-Debo avisarles a Kankurou, Gaara y Sai –dijo su esposa-, seguro también se emocionarán.

-Oigan –llamó Tsunade-, Kai acaba de despertar. Pueden verlo, pero no lo fatiguen.

Kakashi e Iruka fueron los primeros en ingresar a la habitación. Encontraron a su hijo recostado y riendo por ver a su esposo aún inconsciente en la cama de al lado.

-Tiene muy poca resistencia –comentó-. Debo agradecer a Sasuke-sensei por no dejarlo tirado en el pasillo.

-Kai –lo abrazó Iruka-, ¡muchas felicidades!

-Muchas gracias, Otou-chan. ¿Cómo viste a mis niños?

-Preciosos.

-Valió la pena la espera, hijo –dijo Kakashi-. Mira que hacerme abuelo de tres pequeños escandalosos.

-Es bueno que estés tan feliz, Otou-san, porque me ayudarás a cuidarlos. Eres bueno con los bebés.

-Yo encantado, especialmente con esa princesita de cabello plateado. Y claro, felicitaremos a Shiro cuando por fin despierte.

-Jajajaja.

La familia Hatake se sentía sumamente contenta, igual que la Nara. Sus recién nacidos integrantes representaban una nueva etapa en sus vidas. Y sería gracioso ver a los tranquilos y hasta despreocupados padres primerizos aprender a lidiar con tres pequeños. Aunque efectivamente primero necesitaban que Shiro recobrara el conocimiento para comenzar a hacer planes.