HATAKE KAKASHI
Luego de tranquilizar a Sai y a los instintos asesinos de
Sasuke (cortesía de Naruto y sus poco útiles comentarios), la oficina volvió a
sumirse en silencio. Para evitar más conflictos y alboroto Kakashi decidió ser
el siguiente en probar la poción. Quizá vería a sus amigos fallecidos usando
largas túnicas raídas y arrastrando cadenas como si fueran fantasmas
atormentados o algo así, o salió un nuevo tomo de su novela favorita y se agotó
antes de que pudiera comprarla, la verdad es que le daba curiosidad eso de
descubrir qué aparecería. Los chicos trataban de disimularlo, pero también
estaban ansiosos por ver el mayor temor del peligris.
-Esto será interesante –murmuró Naruto, a lo que Sakura
asintió, sonriendo
Después de que Kakashi bebiera la poción apareció el humo
y formó dos siluetas. Por un momento Tsunade también creyó que verían a Obito y
Rin, pero en su lugar aparecieron Iruka y Gai, éste abrazando al primero
mientras sonreía con victoria como si hubiera ganado una importante batalla o
algo así.
-Hey, Kakashi –saludó el pelinegro sin borrar su enorme
sonrisa-. Te tenemos grandes noticias.
-Acepté casarme con Gai-san –dijo Iruka con timidez y las
mejillas rojas
-… ¡¿Qué?! –gritó el Hatake, aterrorizado
Tsunade y compañía se quedaron en shock ante semejante
declaración, excepto Naruto. Al rubio se le puso la cara azul y casi podían
jurar que su alma estaba escapando a un lugar mejor.
-Lo que oíste, Iru-chan y yo vamos a casarnos y queremos
que seas el padrino –Gai buscó en su bolsillo y sacó una copia del Icha Icha
Tactics-. Si no hubiese sido por este libro que me prestaste, creo que jamás
habría podido conquistar a mi Iru-chan, jajajaja.
-Sí, todo te lo debemos a ti, Kakashi-san –le sonrió el
moreno-. Muchas gracias.
Olvidando que todo eso no era más que un espejismo de sus
miedos, Kakashi perdió la compostura y se abalanzó sobre el falso Gai para ahorcarlo
y sacudirlo sin piedad. ¡Eso era imposible! Gai no podía haberle ganado el
corazón de Umino Iruka y menos valiéndose de su libro favorito cuando él ni
siquiera se había atrevido a invitarlo a tomar un té. Se sentía traicionado al
triple.
-¡¿Cómo demonios te atreves a cometer semejante crimen?!
¡Ni loco permitiré esta boda!
Mientras él seguía intentando asesinar a su rival, Sakura
y Sai intentaban hacer reaccionar al rubio, pero fue Sasuke quien con un nada
sutil golpe en la cabeza lo despertó.
-Cálmate, usuratonkachi. Eso no es más que una ilusión.
-Él tiene razón, Naruto –apoyó Sai, sonriéndole-.
Recuerda que no son los verdaderos.
-Lo siento, pero en serio me sorprendieron cuando
anunciaron su boda –dijo horrorizado, pero luego puso gesto pensativo-. Aunque
tengo una duda: ¿por qué el mayor temor de Kakashi-sensei sería que
Iruka-sensei se casara con el Cejotas-sensei?
Sus tres compañeros de equipo intercambiaron miradas y
fue Sakura quien negó con la cabeza, indicándoles con ese gesto que lo mejor
era no decirle nada. Ninguno de ellos quería ser el que seguramente provocara
el ataque en Naruto cuando descubriera que el pervertido Kakashi estaba detrás
de su preciado Iruka-sensei. Mejor que lo averiguara por sí mismo.
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