NARA SHIKAMARU
Tranquilizar a Kakashi fue mucho más difícil que con sus
alumnos anteriormente. Tsunade casi tuvo que recordarle a golpes que aquello no
era más que una ilusión y que no necesitaba ir a asesinar al verdadero Gai para
evitar que algo así como la propuesta de matrimonio a Iruka sucediera. Una vez que
el ambiente volvió a relajarse, la habitación se sumió en silencio.
-¿Y quién sigue? –preguntó Sai, curioso
-Tsk, esto es problemático y una pérdida de tiempo
–murmuró el Nara, pero fue escuchado por la rubia
-Muy bien, Shikamaru, entonces es tu turno para que
puedas librarte de esto de una vez –le extendió la tasa con la poción
-Tiene que estar bromeando, jamás dije que formaría parte
del experimento.
-Es por el bien de la ciencia, Shikamaru –intervino
Sakura con tanta convicción que quizá en otras circunstancias le habría creído
-Además ha sido divertido –dijo Naruto, recibiendo
miradas asesinas por parte de los otros varones presentes
-Hum, pues ya qué –suspiró y bebió la poción de un trago
Al igual que con Kakashi, la bruma formó dos siluetas más
o menos del mismo tamaño que el Nara. No en vano decían que era un genio, pues
los reconoció de inmediato o al menos eso dio a entender su rostro totalmente
pálido y ligeramente aterrado.
-Creo que esperaba algo así –susurró, afligido
Frente a ellos hacían acto de presencia el gran Kazekage
de Suna, Sabaku no Gaara y su hermano mayor Kankurou; ambos con los brazos
cruzados y mirando a Shikamaru de manera asesina. De inmediato los dos chicos
de la arena lo acorralaron sin dejarle alguna vía de escape.
-Hey, Shikamaru –habló Kankurou, sonriendo
terroríficamente-, hemos escuchado un rumor muy interesante. Quizá tú puedas
aclararnos las cosas.
-Confiesa –Gaara iba directo como siempre-, ¿es cierto
que estás seduciendo a Temari?
-Eh… Y-Yo… B-Bueno… -tartamudeó
Era un pésimo momento para que su cerebro de estratega
decidiera ponerse en huelga. Ahora comprendía más a Kakashi: sí, aquello podía
ser falso, pero los instintos homicidas y los chakras asesinos de esos dos
hermanos se sentían muy reales.
-Así que estás intentado robarte a nuestra hermana –el
chico de las marionetas comenzó a tronarse los nudillos-. Vaya, qué
interesante, ¿no lo crees, Gaara?
Por respuesta apareció arena alrededor del pelirrojo.
Mientras Shikamaru seguía siendo intimidado por su peor temor, los demás
decidieron no intervenir. Aquello sí lucía peligroso y mejor que se las
arreglara él solito.
-Pero si eso no es tan secreto que digamos –dijo de
pronto Naruto, frotándose la barbilla
-¿A qué te refieres, dobe?
-Sí, yo hace mucho tiempo supe que él y Temari
terminarían juntos. Es muy posible que Gaara y Kankurou también ya se hayan
dado cuenta, ¿no?
Todos lo miraron con sorpresa (excepto Shikamaru quien
seguía siendo atemorizado por sus “falsos cuñados”). Aquello era lo más sensato
que el Uzumaki había dicho en todo el día, además daba a notar que quizá, y
recalquemos el quizá, no era tan despistado como todos pensaban. Después
pensarían en ello con calma, por ahora estaba resultando muy entretenido ver al
gran estratega de la guerra ninja ser intimidado por sus futuros hermanos.
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