Presentación

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo:

es mi igual"



martes, 24 de febrero de 2015

El mayor temor VI y Parodia



HARUNO SAKURA

Tras las inevitables burlas hacia el Uchiha por tan extraña visión y las subsecuentes amenazas de éste hacia los demás, Tsunade lucía muy feliz con los resultados de su experimento. Los ninjas que habían sido usados como conejillos de indias no opinaban de la misma manera, pero ninguno quería sufrir la ira de la rubia.
-Tsk, ¿ya puedo retirarme? –preguntó Shikamaru
-Sí, ya desaparezcan de mi vista. Gracias por su participación, jejeje.
-Esto fue una pérdida de tiempo –murmuraba Kakashi mientras todos se encaminaban a la salida
-Acepto consejos para cambiar mi imagen –habló Sai-. Sakura, ¿qué me recomiendas?
-… Realmente eso te causó un trauma, ¿verdad? –comentó ella
-Pues yo sigo muriendo de hambre –dijo Naruto, frotándose el estómago-. ¡Vayamos a Ichiraku!
-Paso –el Nara se rehusó de una vez
-Tengo unos… eh… asuntos que atender –Kakashi planeaba hacer una visita a cierto sensei de la Academia
-Lo siento, Naruto –se disculpó el Anbu-. Yo tampoco puedo.
-Amargados –volteó con su mejor amigo-. ¡Teme! Tú sí vas a acompañarme, ¿verdad?
-¿Por qué debería, dobe?
-¡Porque yo lo digo y somos amigos! Así que más te vale ir y al menos simular que estás disfrutando tu tazón de ramen.
-Hum… si no hay más remedio, usuratonkachi.
La pelirosa miraba la interacción entre ellos. Se quedó tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta del momento en que se había detenido.
-¿Sakura-chan? –la llamó el rubio- Seguro que también tienes hambre. ¡Vamos por un delicioso ramen!
-Discúlpame, Naruto, pero también tengo cosas que hacer –le sonrió en gesto de disculpa
-Mmm…. Está bien –hizo un ligero puchero-, pero tendrás que acompañarnos la próxima ocasión. ¡Andando, teme!
-Sí, sí, no seas tan escandaloso.

Tsunade seguía haciendo anotaciones sobre el experimento cuando la puerta de la oficina se abrió y Sakura ingresó de nuevo. La chica lucía muy seria cuando se colocó ante su maestra.
-¿Podría darme un poco de la poción?
-Creí que no deseabas probarla y por eso dejaste que esos chicos fueran mis conejillos de indias –sirvió un poco de la poción en una taza-. Supongo que debes tener tus motivos. Aquí tienes.
La chica bebió todo de un trago y el humo que apareció frente a ellas comenzó a formar dos siluetas que ella reconoció al instante. Tsunade observó a Sasuke y Naruto contemplándose fijamente y sonriendo sin preocupaciones mientras se sujetaban las manos como si fuera lo más normal del mundo. Era un sencillo gesto pero que significaba mucho.
-¿Y bien, Sakura? –le preguntó
-Estaba segura de que este sería mi mayor miedo, sólo necesitaba confirmarlo.
-Por eso no quisiste probar la poción delante de ellos.
-Habría sido demasiado evidente –sonrió con tristeza
-Esos dos chicos son unos idiotas sin remedio, sin embargo un día abrirán los ojos y se darán cuenta de sus verdaderos sentimientos. ¿Qué harás cuando eso suceda?
-Además de deprimirme patéticamente… Me alegraré por ellos sinceramente. No tendría caso molestarme por perder una batalla que jamás tuve oportunidad de ganar –su expresión se tornó más alegre y decidida-. Y también me aseguraré de que Ino, Karin, incluso Hinata ni ninguna otra persona intervenga en su felicidad.
Tsunade se alegró sinceramente por la forma de pensar de su alumna. Seguro que llegar a esa conclusión no le fue fácil, pero es que cualquiera que prestara un poco de atención se daría cuenta de las miradas que Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto se lanzaban así como la forma en que se llevaban. Sakura consideraba que el lazo entre ellos dos era una de las cosas más extrañas e irrompibles que existían en el mundo. Pero eso sí, sus mayores miedos eran sumamente absurdos y bizarros considerando sus fuerzas y habilidades. Aunque quizá… estaban tan seguros de cuánto se importaban el uno al otro y de la convicción de que siempre estarían juntos que por eso no había necesidad de preocuparse.

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SAKURA/PARODIA

Sakura dejó que sus compañeros se marcharan a sus respectivas labores y, una vez se perdieron de vista, regresó a la oficina de Tsunade a toda velocidad. La rubia ya la esperaba con una taza de poción sobre la mesa. Sonrió cuando la chica entró corriendo y la bebió a toda velocidad.
-¿Por qué la prisa, Sakura? –preguntó
-Tengo sospechas, pero quiero confirmar mi mayor temor.

Apareció una bruma que comenzó a dividirse en tres siluetas, dos estaban juntas y la otra a unos pasos de distancia. Cuando cobraron forma pudieron apreciar a Hyuuga Hinata sujetando tímidamente la chamarra del rubio mientras él le sonreía con dulzura. El falso Sasuke observaba fijamente la escena con los ojos entrecerrados y una evidente mueca de dolor en el rostro. La pelirosa apretó los puños con enojo: lo que más temía era precisamente que alguien se interpusiera en la felicidad de sus dos amigos y provocara que el Uchiha tuviera esa expresión tan dolida. Ella ya sospechaba que entre esos dos había sentimientos mucho más profundos que los de un par de mejores amigos casi hermanos. Las miradas que se dedicaban hablaban por sí solas. Sinceramente Hinata le agradaba, era una buena chica, dulce, amable, pero si interfería en la relación de sus dos personas más queridas…
-¿Sakura? –llamó Tsunade, desconcertada

La chica caminó hasta quedar frente a Sasuke y, sujetándolo de los hombros, le sonrió de una manera tan tétrica que hasta el propio Madara habría sentido escalofríos.
-Sasuke-kun –habló sin borrar esa peligrosa sonrisa-, no te preocupes, yo te ayudaré y juntos impediremos que Hinata o cualquier otra chica intente seducir a Naruto, kukuku.

Tsunade contempló cómo el Sasuke ilusorio también sonreía de manera psicópata y no pudo hacer nada más que suspirar. Por el bien de Hinata y del resto de la aldea, esperaba que algo así no llegara a suceder o si no correría sangre. Esos dos juntos eran sumamente peligrosos excepto para Naruto. Si el rubio poseyera un poco más de sentido común, entonces ella no tendría que preocuparse porque sus dos compañeros de equipo confabularan juntos.


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