Presentación

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo:

es mi igual"



lunes, 6 de febrero de 2012

I. El anuncio

I. EL ANUNCIO

Un año había transcurrido desde el final de la guerra que duró casi un siglo. Los vampiros y hombres lobo ponían su mayor esfuerzo en crear ese nuevo mundo donde pudieran vivir pacíficamente, pero todavía faltaban muchas cosas por hacer, especialmente porque quedaban dentro de ambas especies quienes seguían renuentes al cambio.

Durante ese año, si bien Itachi era reconocido como el nuevo rey de los vampiros, la coronación oficial todavía no se llevaba cabo. Kisame, Shino y Karin lo convencieron de que había llegado el momento para ello, pues también debía proclamar nuevos cambios en la jerarquía vampírica: Hinata sería la líder el gremio Hyuuga en reemplazo de su padre fallecido; el gremio Yamanaka cambiaría su nombre por gremio Rinnengan en honor de su nuevo líder, Pein; y el más importante de todos, Sai dejaría su puesto de segundo príncipe para convertirse en el sucesor directo del trono, tomando también con ello el mando y responsabilidad del gremio Uchiha como primer príncipe.

-Lo que significa que finalmente me mudaré de aquí.

Aquella noche Sai se encontraba con Gaara en la colina donde estaba la tumba de Naruto, Sasuke y su bebé. Al lado de ella, el pelinegro sugirió hacer un monumento a todos los caídos durante la guerra, por lo que ahora se podía apreciar una enorme piedra con cientos de nombres grabados en ella. El pelirrojo miró de reojo al chico. Por la madrugada Itachi les había anunciado que la coronación se llevaría a cabo la noche siguiente en el restaurado gremio principal, por lo que él y Sai, quien pasaba la mayor parte del tiempo viviendo en la guarida de la Hermandad, se mudarían a sus respectivos gremios para cumplir sus deberes.
-Será un poco triste ya que me había acostumbrado a vivir en este lugar –siguió hablando el pelinegro-, además ya no podré ver a Gaara-san tan seguido como hasta ahora.
-Hum…
-Pero no te librarás de mí tan fácilmente –sonrió un poco-, vendré siempre que pueda y también traeré flores para Ino-san.
El  lobo apretó los puños. No le molestaba que el vampiro se preocupara tanto por llevarle flores a Ino casi todos los días (él hacía lo mismo por Naruto y su familia), lo que no le gustaba era que Sai se marchara de aquel lugar la noche siguiente. No es como si los separara una enorme distancia, al contrario, seguirían viviendo en la misma región, sin embargo ya se había acostumbrado demasiado a la compañía del moreno. Y no quería renunciar a ella.
-Hay una forma –le dijo de pronto
-¿Eh?
-Hay una forma para que no tengas que irte de aquí, o al menos no de forma tan permanente ni pronta.
-¿De verdad? –preguntó emocionado- ¿Cuál es, Gaara-san?
La cara del mayor se sonrojó un poco, decir aquello era muy vergonzoso. Sai lo miró fijamente y soltó una carcajada, ya que entendió todo sólo con ver la expresión del otro.
-Claro, qué despistado soy. Ha pasado un año y a ninguno de los dos se nos había ocurrido sugerirlo –se rascó la mejilla con pena
-… Tal vez sea demasiado pronto –balbuceó Gaara deseando que la tierra se lo tragara-. Hemos estado muy ocupados y… bueno, tú aún eres bastante joven, así que…
-Gaara-san –lo interrumpió-, yo he estado completamente seguro desde que me di cuenta de lo que sentía por ti: te amo y es por eso que quiero vivir mi larga vida vampírica a tu lado.
El pelirrojo observó la seguridad con que Sai dijo aquellas palabras y no pudo evitar sonreír levemente orgulloso. Vaya que el príncipe había madurado, y sin embargo todavía poseía aquella aura sincera y amable por la que no pudo evitar caer ante él.
-Comprendo –contestó el lobo y extendió el brazo-. Entonces… comencemos llevando a cabo el intercambio de sangre.

La noche siguiente todos los que asistirían a la ceremonia se preparaban para salir. Minato aún se encontraba en reposo, por lo que se quedaría en la guarida bajo el cuidado de Jiraiya y Tsunade.
-¿Y dónde está Gaara-san? –preguntó Deidara
-Ah, me envió un mensaje al celular diciendo que nos vería allá –respondió Sasori
-En ese caso será mejor que nos marchemos –propuso el rubio
-Te debes estar muriendo por ver a tu rey –se burló su amigo
-¡No molestes!
-Chicos, contrólense durante la ceremonia –pidió Minato-. Hijo, tengan cuidado. Y saluda y felicita a Itachi de mi parte.
-Sí, descuida, Otou-san.
Ellos dos se marcharon para reunirse con el grupo de lobos que los acompañaría. Minato sonrió y alzó una mano para tocar el vendaje que cubría sus ojos.
-Me hubiera gustado estar con ellos hoy.
-Todavía necesitas descansar –le recordó Tsunade-. Estuviste a punto de morir; tu recuperación va bien, pero te falta tiempo para que se complete.
-Lo sé –rió-, pero me preocupa un poco que Itachi vaya a intentar matar a Gaara-kun.
-Jajaja, no creo que sea para tanto –rió también su maestro-. La verdad es que sí me sorprendió ver a esos dos esta mañana.
-Era algo que pasaría tarde o temprano –dijo la rubia y sonrió-. Aunque a mí también  me encantaría ver la cara que todos pondrán, especialmente cierto padre protector.

En el gremio principal, Itachi estaba terminando de arreglarse para la ceremonia con ayuda de Kisame. Tenten le llevó su espada (la misma que originalmente había mandado hacer para Sasuke), pero antes de irse fue detenida por el pelinegro.
-¿Sai no ha llegado? –le preguntó
-No, Itachi-sama.
-Quizá venga con Deidara y los otros –opinó Kisame
-Eh… Ayer por la noche que fui a llevarle su ropa, Sai-sama no se encontraba –dijo la sirvienta-. No creerán que le pudo haber pasado algo malo, ¿verdad? –añadió preocupada
-Lo dudo, ya nos habríamos enterado –contestó el comandante
-Ahora que lo pienso… tampoco miré a Gaara-san por ningún lado.
Kisame tuvo que aguantarse la risa al ver el ceño fruncido de su amigo. Cierto que Itachi aprobaba la relación entre Sai y Gaara, pero eso no evitaba que tuviera una vena de padre sobreprotector con su único hijo.
-Ya llegará –dijo el peliazul-, no te preocupes.
-… De acuerdo.

En la ceremonia ya estaban los líderes, jefes y representantes (junto con varios de sus subordinados) de cada región: Hinata, Hanabi, Neji, Lee y Kakashi por el norte; Karin, Juugo, Suigetsu, Kankurou y su esposa Ringo por el sur; Pein, Konan, Shikamaru y Temari por el este; Shino, Kiba, Hidan, Kakuzu, Kisa y Yamato por el oeste; y por el centro estaban Deidara, Sasori, y claro, Kisame, aunque se suponía que el jefe de los lobos debía ser Gaara, quien seguía ausente. La coronación la oficiaría Orochimaru a falta del rey anterior. Justo antes de comenzar, Itachi percibió las presencias de los dos invitados importantes que faltaban, pero había algo raro.
-Sentimos la demora, Itachi-sama.
Todos estaban sorprendidos por ver a un alegre Sai tomado de la mano de un serio y tranquilo Gaara. Los demás sabían de sobra que entre esos dos había una relación, pero nunca los habían visto tenerse muestras de cariño de ese tipo en público.
-U-Un momento –Itachi se les acercó y observó al pelirrojo-. Tú… ¿qué rayos hiciste? ¿Por qué mi hijo huele diferente?
-Bueno, eso suele suceder cuando se lleva a cabo el intercambio de sangre, de mordidas y… ya sabes, lo otro –sonrió son maldad. Sí, por fin podría vengarse por todas las veces que el pelinegro lo había molestado
-¡Gaara-san y yo somos pareja oficialmente y para siempre! –declaró Sai con alegría y mostró la marca de mordida en su cuello
-¡¿Qué?!
Kiba fue el primero que corrió a felicitarlos, seguido de Shino quien traía en brazos a su bebé. Después fue Tenten y, una vez salieron de su asombro, los demás la siguieron. Pein y Kisame intentaban hacer que Itachi reaccionara, aunque no podían culparlo: una noche te despides de tu hijo y a la siguiente te enteras de que ya se emparejó para toda la vida con otro sujeto.
-Lo cual significa que nuestro pequeño príncipe ya no es para nada virgen –comentó Hidan con malicia
-Con eso sólo empeoras las cosas –le dijo Kakuzu, suspirando
-¡Idiota, no te pongas así! –llegó Deidara pateando al rey- Gaara-san es una persona excelente, por eso Sai lo eligió. Anda, tienes que felicitarlos.
-…
-Itachi-sama –llamó Sai, acercándosele junto con el pelirrojo-, sé que esto fue muy repentino, pero lo hice porque no quería tener que alejarme de Gaara-san. Lo siento.
-… No tienes que disculparte –contestó su padre por fin reaccionando-, ya eres mayor y sabes lo que haces. Yo únicamente quiero que seas feliz, hijo.
-Gracias, Otou-sama –le sonrió con alegría
-En cuanto a ti –miró al pelirrojo de forma asesina-, ya hablaremos seriamente después de la ceremonia.
-Esperaré ansioso –sonrió con presunción-, suegro.
De aquella forma se llevó a cabo la ceremonia con las constantes miradas retadoras entre el nuevo rey y cierto lobo. Sai seguía sonriendo felizmente mientras Deidara se preocupaba por la integridad de Gaara. Esperaba que Itachi jamás se pusiera a investigar a fondo qué hicieron esos dos durante todo el día que estuvieron desaparecidos.

7 comentarios:

  1. jajaja, pobre de mi ita, el que deja feliz de la vida a sai sin imaginarse que se lo iba a comer el lobo por la noche jaja, oh por cierto ver a un gaara avergonzado es genial

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    1. Jajaja, no lo había visto de esa manera tan literal XD Y Sai es el único que puede poner así a Gaarita!!

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  2. ajjajajajjaa, a mi me gusto la parte
    en la que Gaara le responde
    de que por que Sai huele diferente
    jajajajajja

    se las cobro toditas jajajajaja
    aaaaaahhhh y la parte en donde le dice
    "suegro"

    kyyyyyyyyyaaaaaahhh!! casi muero jajjajajaja

    ohhhh no es posible jajajajajja
    ademas que me parecio
    gracioso tambien la parte en donde
    a Itachi le da por quedarse sorprendido
    jajajajajajjaa

    estuvo de lo mejor

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    1. Jajaja, Gaara ya necesitaba vengarse de todas las que le hizo su "suegro" XD Y es que Ita-chan adora a su pequeño.

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  3. jajaja aww, Mi pobre Itachi, bueno, hay que admitir que se merece un poco de sufrimiento, pero me encanto ver como llegaba Sai a decirle que ya estaba con Gaara.
    Mira que si se llega a enterar como se "estreno" su hijo, si nos quedamos sin el precioso Gaara XDD

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    1. Síii, Gaara quería venganza desde hacer mucho, jajaja. Y pues claro que Itachi ya sabe qué pasó, por eso se quedó en shock como buen padre sobreprotector que es XD

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