Del
rubio padre y el yerno pelirrojo
Naruto se encontraba visitando Suna pues debía tratar
unos asuntos con el Kazekage Gaara. Como era costumbre cuando visitaba la aldea
de la arena, su hijo Shizui (15 años) casi le suplicó para que le permitiera ir
a esa misión. No pudo negarse tras los ojitos de cachorro que le puso y los
tazones de ramen que le compró. Mejor que su esposo Sasuke no se enterara de
esto último, seguro que se molestaría.
-Naruto-sama, ¿qué sucede?
El rubio salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Sabaku
no Yuuzuki (13 años), quien lo observaba con curiosidad. El pelirrojo lo estaba
acompañando ya que Shizui, Nara Shiro (17 años) y Hatake Kai (16 años), sus
otros escoltas, se encontraban dando una demostración de habilidades a petición
de Sabaku no Hayate (16 años) y varios ninjas de Suna.
-Ahh, no es nada, Yuu-chan, me distraje un poco, jeje. Y
te he dicho que no me llames así.
-Lo siento –correspondió a la sonrisa. El chico era
realmente lindo
Para Naruto no podía dejar de ser motivo de orgullo que
el ninja considerado “el tesoro de la arena” algún día sería oficialmente parte
de su familia. Quería mucho a Yuuzuki, era el hijo pequeño de dos de sus más
preciados amigos y sabía del amor incondicional que su primogénito sentía por
él.
-Ya terminó el entrenamiento.
El rubio notó que la sonrisa en el rostro de su yerno no
se había borrado, sin embargo también se podía apreciar una arruga en su
frente. Algo no era de su agrado.
-Eh… ¿Yuu-chan?, ¿está todo bien?
-Claro que sí, Naruto-san.
Naruto no entendía qué le estaba ocurriendo, así que
llevó la vista al mismo lugar que los ojos del menor. Ahí miró a varios ninjas
y kunoichis rodeando a los chicos de Konoha. Fue cuando una osada y linda joven
castaña sujetó el brazo de su hijo que pudo ver que la arena bajo sus pies
comenzó a levantarse y el chakra del pelirrojo empezó a tornarse… oscuro.
-Y-Yuu-chan… t-tranquilo…
-¡Yuuzuki! ¡Otou…! Digo, ¡Hokage-sama!
Shizui, feliz y sin percatarse de lo que ocurría a su
alrededor, dejó a las chicas que reclamaban su atención y se acercó a los otros
dos espectadores, plantándose delante del niño de ojos color aguamarina.
-¿Me viste, Yuuzuki?, ¿qué te pareció?
-Como siempre eres muy fuerte, Shi-chan –le sonrió,
recibiendo una dulce caricia en la cabeza
El Hokage suspiró aliviado. Aquél pequeño incluso le
había hecho sudar de preocupación. Por un momento creyó que ahí correría
sangre.
-Sentimos la demora, Naruto –se disculpó el Kazekage
apareciendo en compañía de Sai-. ¿Qué sucede?
-¿Por qué rayos él tuvo que heredar tu lado más
siniestro?
-¿Eh? –el aludido y su esposo lo miraron sin comprender
la pregunta
Naruto acababa de comprobar en primera fila que el
generalmente amable y tierno Yuuzuki escondía en el fondo a un chico sumamente
celoso y posesivo que por ninguna circunstancia permitiría que alguien se
acercara con dobles intenciones a su novio aunque éste no se diera cuenta de
nada.
jajaajjajaa
ResponderEliminarme dio risa que Yuuzuki se pusiera celosooo
aahhh lo que hacen los chicos por celooos
me encantaaa shiii
n.n
ahhhh yo quiero un chico asiii
Se acordo de su amigo Gaara en el pasado.😒
ResponderEliminarSe acordo de su amigo Gaara en el pasado.😒
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