Escena HNF I

Del rubio padre y su princesa

Ese día Naruto se encontraba en la oficina leyendo informes de misiones, era la parte más tediosa de ser Hokage, pero por suerte en esa ocasión estaba acompañado por la mujer más hermosa del mundo y a la que amaba incondicionalmente: su adorada hija Miku (10 años), la cual hacía sus deberes de la academia en una mesita al lado del escritorio de su padre.

-Otou-chan –llamó de pronto-, la hermana de una compañera de clases acaba de tener un bebé.

-¿En serio? Seguro su familia debe estar muy contenta.

-Sí, dijo que sus papás se emocionaron mucho desde que se enteraron que serían abuelos. ¿Sabes? Eso me puso a pensar en algo.

Naruto observó a la morena meditando sus palabras antes de expresarlas. Seguro que se preguntaba cómo era una relación de abuelos y nietos, ya que lamentablemente sus padres y los de su esposo murieron muchos años atrás. Quizá las personas más cercanas a algo así serían Iruka, Tsunade y hasta Kurama, pero no era lo mismo.

-Oye, Otou-chan –lo miró con curiosidad-, ¿cómo crees que reaccionarías cuando te diga que serás abuelo?

-… ¿Eh?

Bien, eso no se lo esperaba. Quizá debía recordarse que pese a su físico tan parecido al de los Uchiha, ella seguía teniendo sangre (y mucha personalidad) Uzumaki.

-Sí, es que conociendo a Otou-san, con lo sobreprotector que es seguro que le daría un ataque o mínimo se desmaya, pero me preguntaba qué clase de reacción tendrías tú.

-Ahh, ya veo –fue hasta ella para luego inclinarse y acariciarle la cabeza-. Eso es sencillo, Mi-chan –le sonrió-: puedes apostar a que antes de emocionarme y felicitarte, Kurama y yo iríamos corriendo a golpear a quien será “Otou-san”, jejeje.

Oh, sí, tal vez el rubio era más permisivo con Miku porque si se comportaba igual que Sasuke la volverían loca, pero eso no significaba que no tuviera un lado posesivo hacia su única y preciosa hija. El día que eso ocurriera todos recordarían que el gran Namikaze Uzumaki Naruto seguía siendo el jinchuuriki del poderoso Kyuubi no Youko y entenderían por qué el propio Uchiha Sasuke afirmaba que no deberían confiarse por la boba sonrisa que el rubio Hokage solía mostrar.